نبذة مختصرة : In this work we have studied and analysed in depth the status of the juvenile offender, investigated or accused, in criminal proceedings. We have dedicated special attention to the configuration of their right to defence, in order to try to improve the standard of protection of this right of the minor through good practices, new legislative provisions and reforms that we consider necessary and essential, in the light of the international regulations signed by Spain, to guarantee this protection. The juvenile process is governed by the singularity of the subject to whom it is addressed, a minor -that is, a person who has not reached the age of 18 and who is in the process of evolution and change-, and by the aim of achieving maturity, re-education and social reintegration as an adult, which explains many of the special features of this process. It is essential to study in depth how to determine age in cases where there is a lack of documentation and to study the impulsive behaviour that affects the juvenile offender. Our society is witnessing growing alarm at the disruptive behaviour of minors, the appearance of new phenomena such as filial-parental violence, school violence or group violence, and facts such as the progressive decrease in the age at which drug consumption begins, with the logical appearance of associated behavioural problems. For this reason, we are also dedicated to analysing the impulsive behaviours that are found in the profile of all minors subject to juvenile justice. It is enough to examine the reports of the Technical Teams to see in them most of the characteristics that show impulsivity. It is therefore interesting to analyse what specific treatment is given to this impulsivity that is evident in minors from their first contact with juvenile criminal justice. Once Directive (EU) 2016/800 of the European Parliament and of the Council of 11 May on procedural safeguards for juvenile suspects or accused persons in criminal proceedings has been ap
En este trabajo hemos profundizado en el estudio y análisis del estatuto del menor infractor, investigado o acusado, en el proceso penal. Hemos dedicado especial atención a la configuración de su derecho de defensa, para tratar de aportar mejoras en el estándar de protección de ese derecho del menor a través de buenas prácticas, nuevas previsiones legislativas y reformas que consideramos necesarias e imprescindibles, a la luz de la normativa internacional suscrita por España, para garantizar esa protección. El proceso de menores viene presidido por la singularidad del sujeto al que va destinado, un menor de edad –es decir, una persona que no ha cumplido 18 años y que se encuentra en pleno proceso de evolución y cambio–, y por la finalidad de conseguir su madurez, su reeducación y reinserción social como adulto, lo que explica muchas de las especialidades que presenta dicho proceso. Resulta fundamental profundizar en la forma de determinar la edad en los casos en los que se carezca de documentación y en el estudio de las conductas impulsivas que afectan al menor infractor. Nuestra sociedad asiste a una creciente alarma por los comportamientos disruptivos de los menores de edad, a la aparición de nuevos fenómenos como la violencia filio-parental, la violencia escolar, o la violencia grupal, y a hechos como el progresivo descenso de la edad de inicio en el consumo de drogas con la lógica aparición de problemas conductuales asociados. Por ello, también nos dedicamos a analizar las conductas impulsivas que se dan en el perfil de todos los menores de edad sujetos a la justicia juvenil. Basta examinar los informes de los Equipos Técnicos para advertir en ellos la mayoría de las características que evidencian la impulsividad. Por ello, es interesante analizar qué tratamiento específico se da a esa impulsividad que se pone de manifiesto en el menor de edad desde su primer contacto con la justicia penal juvenil. Aprobada la Directiva (UE) 2016/800, del Parlamento
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