نبذة مختصرة : En lo que toca a los saberes, a su centralización en torno a la corona, a la organización de su producción, al impulso económico que recibieron, al lugar que se les dio en la construcción del poder regio y de su imagen, Alfonso X –de quien muy legítimamente podían decir los traductores del Libro de las cruzes que en él « Dyos puso seso et entendemiento et saber sobre todos los principes de su tyempo »- no tiene parigual en la Europa de su tiempo. Mientras San Luis se identificaba con Salomón como rey de justicia, Alfonso X, después de Alfonso VIII y Fernando III, prefería parangonarse con él como rey de « sapiençia » y si, medio siglo más tarde, un puñado de activos intelectuales dieron el mayor eco a las aspiraciones de Felipe el Hermoso a la soberanía territorial y a la independencia, hay que esperar medio siglo más para encontrar, en Carlos V de Francia, una ambición intelectual a la medida de la de Alfonso X de Castilla.
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