نبذة مختصرة : Cioran no es un nihilista: es un escéptico a menudo entusiasmado, tentado por la más prístina fe. Pero, si de un principio metódico se aleja siempre, es de la voluntad de sistema. De ahí una debilidad congénita; o nos atrapa, o nos deja frío. En muchos arrebatos no se puede ni siquiera acompañarlo; lo percibimos a la distancia, lejano e indiferente. Pero tiene absoluta razón en algo: no se puede pensar —pensar de verdad— si creemos devotamente en el sentido de las cosas. Es probable que, a la larga, no se pueda vivir sin ese sentido, pero lo que exaspera al escritor es que tengamos que avalarlo como si fuera universal y obligatorio. ¿Por qué habríamos de hacerlo? ¿No basta con hacer el ridículo creyéndolo?
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